Su amor parece un cisne blanco que se aleja...
y se aleja, suave, dulcemente
por el cristal azul de la corriente,
como una vaga y misteriosa queja.
Me quedó su visión...
Era una tarde fría de lluvia intermitente;
bajo la máscara indolente
de su enigma.
Como un cisne blanco,
una aparición
nostálgica y alada,
una ilusión de la fortuna.
Un cisne blanco y misterioso
que en la leyenda de un lugar brumoso,
surge mi cuerpo
como la luna inmaculada.
Aun siento sus suaves golpeteos
nada sosegados
que disgregan poco a poco
las partículas de la piedra bravía.
Más mientras el silencio, la pena y la alegría
de lo ayer gozado, envuelven mi pecho desollado,
la dura piedra no mostrará su dulce ambrosía.
Romina
Ilustración Juan Fran Matínez |